¿Qué hacer en verano en Madrid?

¿Qué hacer en verano en Madrid?

Recientemente, se supo que los malos datos del sector turístico no habían afectado a Madrid de la misma forma que al resto de España. De hecho, los turistas que han visitado la capital de España se han incrementado en los últimos tiempos y la ciudad resiste a la temida crisis económica, al menos en este terreno.

El verano es además una época idónea para visitar este destino, dado que sus calles se vacían y el agobio que se vive en esta urbe desaparece, gozándose de un reposo magnífico para conocer todos sus rincones. Recomiendo además que no se subestimen las zonas verdes de esta ciudad, donde poder escapar del bullicio, pues después de Japón, tiene el mayor volumen de este tipo de instalaciones dentro de zona urbana.

Además de visitar los museos más conocidos, como el Museo del Prado, el Museo de arte Thyssen-Bornemisza y el Reina Sofía; y zonas conocidas como la Plaza Mayor, la Puerta del Sol, el Palacio Real o la Catedral de la Almudena, los turistas encontrarán en las zonas verdes el complemento necesario para su visita.

Quien se acerque a la capital, podrá comprobar la vasta extensión de los parques, entre los que se encuentran: Parque del Buen Retiro, Parque del Oeste, Casa de Campo, Parque Juan Carlos Primero, Parque de las Vistillas y La Dehesa de la Villa, entre otros, así como zonas ajardinadas de la talla de los Jardines de Sabatini. El primero de ellos está situado muy céntrico, parada de metro Retiro, en frente de la conocida Puerta de Alcalá y servirá para hacer un descanso en la visita al centro o a los distintos museos de la zona.

Destacaré también el Templo de Debod, un regalo egipcio de más de 2.000 años de antigüedad que luce en el Parque del Oeste, en la calle Pintor Rosales, y que tiene unas maravillosas vistas de la ciudad. Asimismo, al final de esta vía, podremos subir al Teleférico de Madrid, para contemplar de otra forma la estampa capitalina. Por el Madrid de los Austrias, de visita obligada, descansaremos si gustamos en los bellos jardines de Sabatini, situados entre la calle Bailén y la Cuesta de San Vicente.

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